Agito mi derrota, mi esencia demora lo que siento.
Una vez, me he liberado.
El fuego me está quemando la piel.
Es una extraña piel de ese cuerpo
me como a besos como si yo fuera tú.
Soy una persona delicada y perfecta.
Esa niña, desde la niñez.
Como un grito de guerra constante y pasajero.
Soy la misma imagen del espejo que se gira alrededor del mundo.
Me voy quedando quieta como una muñeca de trapo.
Envuelta en la derrota de una piel, dormida.
¡Qué me pasa! Me callo, y no digo nada.
Algo en mi se hace paso un segundo de vida no me doy por vencida.
Tengo que ser fuerte Algunos somos iguales para poder amar.
Somos aquello que nunca pudo ser. Mi otro yo y mi mundo fue.
Ganas de empezar, otra vez otra vida se va y no volverá
parte de la estrella fugaz.
Tengo ganas de besar esos labios que un buen día me pertenecieron.
Me siento bien...
apuro el tiempo indefinido con asombro es mi mundo pequeño.
Como ser de ese espacio disuelto.
Apagado y frio.
Pasajero…
noche desierta estás conmigo ahora y siempre.
No hay comentarios
Responder
Cesta
La cesta está vacía.